Kendrick
no dejaba de pensar en el dolor que había visto reflejado en los ojos de Adele.
Su mirada de sufrimiento había creado una barrera que a ambos les sería muy
difícil de superar. Habían pasado dos meses desde aquel fatídico día en el que
Sombra había muerto. Aún intentaba averiguar la implicación de su primo en el
asesinato del lobo. Pero, pese a todas sus pesquisas e indagaciones nadie había
visto ni oído nada. Las últimas noticias de Arrow lo desconcertaban.