lunes, 26 de marzo de 2012

INTEGRAL FAVOLE



La editorial Norma nos presenta este fabuloso libro ilustrado de la artista Victoria Francés, sus imágenes evocadoras de un claro estilo gótico y victoriano transporta nuestra imaginación a otra época y lugares muy diferentes. La sensibilidad de la autora es mejorada por su calidad artística y nunca unas ilustraciones fueron tan reales. La editorial también cuenta con otros muchos títulos de Victoria Francés y de otros autores dentro de una colección titulada Eclipse. Os dejo la página de esta editorial especializada en ilustraciones y cómics, entrar en ella cuando el sol de paso al ocaso.

domingo, 25 de marzo de 2012

UNA DE FANTASMAS




Joseph Thomas Sheridan Le Fanu fue un escritor irlandés de cuentos y novelas de misterio. Destaca por sus historias de fantasmas donde no siempre el final tiene una explicación sencilla de los fenómenos sobrenaturales que narra en sus novelas. Su especialidad como escritor residía en su capacidad para crear atmósferas y ambientes sugerentes capaces de producir más de un susto al lector. Una de sus novelas más conocidas es Carmilla dentro de una colección llamada En un vidrio misterioso. Carmilla narra la historia de una joven llamada Laura que vive con su padre y unos criados en un castillo de Austria. Laura recuerda que de niña despertó en brazos de otra joven y sentir unas agujas en el cuello. Si bien, al despertar estaba sola, sin embargo, un día delante del castillo un carruaje sufrirá un accidente, en él viajan una dama y su hija, las dos permanecerán en el castillo hasta que de nuevo puedan emprender su partida. Ambas jóvenes iniciaran una amistad a pesar del comportamiento extraño de su invitada. Varios son los temas que se tratan en esta novela, pero Sheridan se atrevió incluso con un contenido erótico de tendencia lésbica entre las dos jóvenes, algo tabú para la época. Os dejo el siguiente tráiler del director Tim Burton para ver una película o si preferís leer una buena historia para una noche de tormenta.



sábado, 17 de marzo de 2012

EL TIPO DEL PSIQUIÁTRICO IV





A las cinco de la tarde, Martínez se encontraba delante de una puerta blanca con pomos relucientes y llamaba al timbre. El policía echó un vistazo a su alrededor y por lo que vio, dedujo que el suicida no vivía nada mal. La casa estaba construida en un barrio residencial y disponía de un jardín. Martínez pensó que él no tenía muy buena mano con las plantas, pero hubiera disfrutado sembrando alguna verdura en aquel terreno, también observó que había varios juguetes desparramados por el porche. Pulsó el timbre dos veces antes de que una mujer abriera la puerta, parecía demasiado calmada para ser la esposa. Rondaría los cuarenta y poseía una larga melena roja que caía sobre sus hombros en un descuido intencionado. Martínez enseñó su placa y ella lo dejó entrar sin hacer preguntas, luego cerró la puerta y le dijo:
—Le estábamos esperando –ella se frotó las manos en un gesto nervioso antes de añadir—: Nos  han avisado desde comisaría  que esta tarde vendría.
—¿Usted es? –preguntó Martínez y alzó una ceja de manera inquisitiva.
—Soy Mara, la cuñada del fallecido.
Martínez disponía de las tablas suficientes para detectar que a la mujer su cuñado no le caía demasiado bien, así que se ahorró las palabras de condolencia.
—Bien, si no le importa señorita Mara empezaré por la habitación de su cuñado –el policía sacó de su traje un papel—. Aquí tiene la orden de registro.
La pelirroja ni siquiera la leyó.

viernes, 9 de marzo de 2012

SORTILEGIO

Ilustración de Victoria Frances

El sol iluminaba la torre de homenaje y el resultado era un magnífico contraste ente la piedra y el cielo. Mi trabajo de restauración había concluido y sentía la necesidad de ver el esfuerzo realizado durante dos años. En la antigüedad el castillo fue sitiado por los árabes, conquistado por los cristianos, levantado con dinero judío, derruido por el ejército francés y escondite de comunistas durante el régimen y, ahora, lucía un nuevo aspecto. Restaurados sus jardines mostraban a la vida de nuevo germinar. Caminar entre sus árboles y arbustos hacían que recibiera la calma que algunos días necesitaba. Esa tarde el cielo amenazaba lluvia, las nubes tormentosas dejarían sobre la tierra un agua torrencial, solo comparable con las lágrimas desconsoladas de una amante vengativa. 
Mis ojos se posaron en una de las ventana de la torre, entonces, vi una imagen como la de un espectro. Durante un segundo, mi mirada quedó capturada por la suya y su sonrisa fue el mayor de los hechizos. Sí alguna vez se embrujó a alguien,  esa tarde gris fue el momento y yo el hombre. Parpadeé para liberarme de la seducción de su magnetismo, no obstante, mi curiosidad era demasiado grande para abandonar la idea de no encontrarla. Miré el reloj, a esas horas nadie salvo yo debía encontrarse en aquel lugar y, menos aún, en el interior. Quizá solo fuera una ilusión pasajera por la evocación de tiempos anteriores. Mi mente intentaba explicar de una manera razonable la aparición. De todos modos, por cobardía no quise averiguarlo, el miedo a la decepción de descubrir que no era más que mi imaginación me obligó a dar la espalda a mi visión y alejarme de aquel lugar con la lluvia como respuesta. Nunca volví a ver a esa mujer que desde la torre de homenaje de un castillo,  un día de tormenta me robó el alma.

jueves, 8 de marzo de 2012

EL TIPO DEL PSIQUIÁTRICO III





Martínez se dirigió al lugar, que todos los empleados, tarde o temprano visitaban durante su turno: la cafetería. De paso él también se tomaría otro café, el camarero le sirvió disgustado, los empleados habían formado corrillos para comentar el suceso del día. Observó a varios de ellos, mientras tomaba su tercer café con tranquilidad. A media mañana había interrogado a la mitad de la plantilla sin ningún resultado. Revisó sus notas y concluyó que todos decían lo mismo del fallecido: era un hombre callado, no tenía enemigos conocidos, no había discutido con nadie en su trabajo y tampoco mostraba signos de querer suicidarse, pero el muy cabrón se había matado al cortarse el cuello con un cuchillo de cortar jamón. Con aire de fastidio decidió que después de comer se acercaría a casa del muerto, su mujer a esas alturas ya sabría lo ocurrido a su marido. Esperaba que no fuera una histérica, había tratado con algunas viudas que entre lágrimas, soponcios y familiares metomentodo, en la mayoría de las veces, no sacaba nada en claro.

miércoles, 7 de marzo de 2012

EL ESPEJO NEGRO





El espejo negro es la novela ganadora de XIII premio de Novela Ateneo de Sevilla, cuyo autor Alfonso Domingo ha trabajado como reportero de guerra y ha escrito numerosos trabajos documentales. El espejo negro es un thriller especialmente documentado sobre el arte y concretamente sobre el Bosco. En un marco histórico convulso a causa de la guerra civil española Jerónimo Díaz, un joven pintor exiliado por sus ideas políticas, recibirá el encargo de copiar un cuadro del Bosco, Jonás y la ballena, una obra con una historia un tanto extraña. La guerra mundial truncará su vida y Jerónimo será enviado a un campo de concentración nazi. Sesenta años más tarde, Javier Carreño, conocerá a Jerónimo Díaz y, entonces, empezará la aventura. 
En este enlace podéis ver una entrevista al autor en la que habla de su novela y de los diferentes misterios que envuelve la obra tan compleja del Bosco. 

lunes, 5 de marzo de 2012

LA CENA





Ahora vivimos en una villa perdida en el campo y pasaremos nuestra primera Nochevieja juntos. Ali es partidaria de invitar a la familia en cambio yo prefiero omitir su presencia. Aunque hemos llegado a un acuerdo e invitamos a su hermana. La esperamos para cenar, me sentía  algo nervioso por conocer a mi cuñada. Ali decía de ella que era una mujer muy ocupada, trabajadora incansable que lo mismo organizaba un sarao que una reunión política. El timbre anunció su llegada. Aunque, añadió a la descripción que le gustaba vestir de etiqueta cuando la ocasión lo requería y según Ali aquella noche lo era. Ali era mi vida y no me importaba su minusvalía, pero no compartía ciertas opiniones, así que a pesar de querer complacerla en todo, recibí a mi cuñada con unos vaqueros desgastados, una camisa que había tenido mejores momentos y una barba de tres días.
—Hola, cuñado  —dijo cuando abrí la puerta y, sin mayor presentación alzó una de sus cejas antes de añadir—: ¿Aún no te has vestido? 
No repliqué y mi cuñada aguantó con estoicismo mi falta de protocolo, notaba que mi actitud la había irritado. Ella apareció envuelta en un traje de lentejuelas que me deslumbró lo suficiente para necesitar gafas de sol y unos enormes zapatos de tacón. Me mostró una botella de cava y entró sin que me diera tiempo a retirarme de la puerta.
—Has llegado temprano.
Mi cuañada me miró con desgana y colocó una pose de diva a lo Gilda antes de contestar:
—No he llegado temprano tan solo puntual. 
No quise entablar una pelea didáctica sobre su puntualidad o la falta de ella y llamé a Ali.
—¡Ali! —vociferé—. ¡Tu hermana está aquí!
Ali salió aprisa de la habitación y se abrazó a su hermana. Ambas empezaron a hablar y por extraño que parezca mi cuñada no necesitaba gritar para que Ali la entendiera. 



viernes, 2 de marzo de 2012

LA BIBLIOTECA DE LOS MUERTOS





     La biblioteca de los muertos es la obra de Glenn Cooper, un escritor americano que antes de dedicarse a la narrativa desempeñó diferentes actividades, entre ellas la arqueología o la medicina. Su obra La biblioteca de los muertos empieza en Bretaña en el año 777, en la abadía de Vectis, allí crece Octavus, un niño diferente del resto, sobre el que pesa una maldición: es el séptimo hijo, engendrado por un séptimo hijo, la leyenda cuenta que ese niño nacerá con poderes diabólicos. Un día, Octavus comenzará a escribir nombres y fechas en una lista que carece de sentido. Pero cuando una de las fechas y los nombres coincide con la muerte de uno de los habitantes de la abadía el miedo se extenderá entre los monjes. Siglos más tarde, la Orden de los Nombres, descendientes del mismo Octavus continuarán escribiendo nombres y fechas, hasta que un día empiezan a suicidarse. Entretanto, nueve personas aparecerán muertas en Nueva York, en apariencia nada tienen en común, salvo que todas han recibido unas postales con unos ataúdes. La biblioteca de los muertos es un libro que atrapa al lector de principio a fin, y su lectura obliga a reflexionar sobre una pregunta: ¿qué harías si supieras la fecha de tu muerte?








jueves, 1 de marzo de 2012

EL TIPO DE PSIQUIÁTRICO II





Cuando Martínez llegó al lugar de los hechos, el forense, un tipo de pelo engominado, merodeaba sobre la víctima como un buitre sobre una presa. Al detective no le caía bien, pero era eficiente. Se acercó a él y le preguntó:
—¿Cerramos esta mierda de caso como suicidio?
El forense sonrió y mostró unos dientes blancos y perfectos que por un momento eclipsaron el brillo de su pelo. Levantó los hombros y dijo:
—Es pronto para saber sí se trata de un suicidio u otra cosa —dio la espalda al detective y continuó con su trabajo.
El muerto era un empleado del centro psiquiátrico dónde se había suicidado. El hospital era moderno y casi le recordó a Martínez un hotel, salvo por las rejas en las ventanas, los guardias en la puerta y las cerraduras de tarjeta. El centro tenía más seguridad que algunas de las cárceles que a veces visitaba. Se agachó para contemplar al muerto, su estómago ya estaba más que acostumbrado a ver estas escenas y ya no le sorprendían. El cadáver presentaba un aspecto blanquecino y la sangre se había coagulado sobre la herida, con un corte preciso de derecha a izquierda había diseccionado la laringe y las cuerdas vocales. Martínez se retiró del cadáver y se dirigió a la cafetería del centro, debía empezar con su ronda de interrogatorios.